A Matías

Pequeño,
Si cierro los ojos casi podría tocarte. Nos conocemos tan bien, eres cómplice de mi instinto, soy cómplice de tus ganas.  Gracias por ser mi socio comprensivo y paciente, gracias por mostrarme el mundo desde tu mirada tan nueva, tan simple y tan fascinante.
Como sabes, mi linaje tiene leves destellos de masculinidad, dos que tres patriarcas contundentes e irrefutables, pero en su mayoría hemos sido mujeres. Por eso mi mundo, el mundo de las hembras me enloquece, no conozco otro, es el que me ha tocado, y el que he asumido como parte de mi carácter y de mi camino. No es secreto que sueño con tener a una niña, por esta misma lealtad a mi estirpe, a mi sangre, a mis tradiciones, a mi misma y a mi madre, me resulta inevitable…
Sin embargo, pequeño niño de mi alma, sabes también que hoy al que espero es a ti, te espero con mi corazón y mis brazos abiertos… Te espero con los ojos despiertos y el cerebro vacio para que tú lo llenes con todo lo que tengas que mostrarme de ese mundo tan ajeno y diferente al mío. Te espero para colmarte de viajes fascinante al mundo hibrido de la naturaleza, para enseñarte ese increíble regalo que tu abuelo compartió conmigo, el conocimiento y la ciencia, la fascinación por los animales y lo divino, la entrega a la magia y la conciencia, la erupción de las artes y la gracia en todo rincón del ser…

El mundo de la tierra y el cielo es el mundo que yo con todo mi amor te ofrezco. Replicaremos juntos el puente que mi padre creo conmigo para poder comunicarnos como iguales. Te prometo desde hoy que trataré siempre de jugar a tus juegos y de entender tu mundo y de fascinarme con tu pensamiento y tus acciones, que serán nuevas y jamás imaginadas por mi cerebro.
Dios, la luz, la naturaleza, la casualidad y el destino me dieron como esposo a tu padre, y ellos saben porque lo hicieron. Somos tan diferentes, casi podría decir que somos la paradoja el uno del otro. Pero solo un hombre como el, tan lleno de testosterona podría nivelar a un mujer como yo tan estrogénica. Solo con tu padre podría siquiera plantearme el tener un hijo varón, es perfecto para ti, es perfecto para nosotros. Confió plenamente en el, en su increíble virilidad y su raciocinio tan claro, admiro como respeta sus pasiones, como se entrega cada segundo a la vida. Me  emociona e intriga imaginarlos juntos haciendo cosas de hombres, compartiendo todo eso que yo no entiendo y para lo que me siento tan torpe. Toma de el todas esas pasiones desenfrenadas, aviéntate a la vida, deja que tu padre te cuide, tiene mas fuerza de la que aparenta, jamás en la vida te dejará caer. Mi confianza es absoluta; si existiera un solo motivo para que el y yo estemos juntos, eres tu. Nuestras almas enloquecieron cuando se encontraron en un arrebato de risotadas y de danzas escandalosas, somos tan excéntricamente ruidosos y asfixiantes, y a la vez tan libres y tan placidos… Somos idénticos y opuestos, el balance exacto para que un alma de raíces y alas pudiera encarnarse en esta tierra.
Un día, quizás tu alma recordará todas nuestras andanzas juntos antes de tu concepción… Tal vez tu alma recordará tus traviesas apariciones y como se me nublaba la vista y la mente cuando lo hacías, recordará mi ansiedad por tenerte conmigo y todo lo que moví y todo lo que hice por lograrlo, recordará sus alianzas, recordará como se colaba en la psique de tu padre para enorgullecerlo de su hijo no nato… Y de todo lo que tu alma no recuerde, yo te lo contaré. Te contaré tu cuento, el cuento del niño de todos los mundos, el hijo de todo lo vivo…
Tu nombre quiere decir regalo de Dios, o el que entrega a Dios; entiendo perfecto porque lo elegiste. Tu desenfadad alma me entrego al dios que yo había dejado olvidado, me lo diste en la mano y me mostraste toda su potencia. Tu me regresaste la fe, me regresaste al regazo de mi madre la tierra… Gracias… todas…. Gracias.
Te convertiste en semilla para que yo pudiera aceptarte y amarte, y te sembraste en mi pecho y en mi vientre… y hoy Matías, no hago mas que esperarte, llena de miedo, llena de ansia…pero te espero, dispuesta a todo, aterrada porque no se que voy a hacer yo con un bebito vestido de azul… Nada nunca me había dado tantísimo miedo.

Me obsesiona no ser buena, no entenderte, no dar el ancho… Me achica pensarte gigante y minúsculo, y yo solamente muy mujer sin saber como contenerte, por que camino llevarte. Pero te espero, te espero, te espero, YA TE ESPERO… con los ojos como plato y con mi corazón listo para recibir el flechazo…



La que será tu madre.


PD: Me pidieron que te dijera que cuando vengas estará lista tu camiseta del Barca con el numero 10 que dirá MATI, y un jersey de los 49ers con el 21 que diga MATI PRIME. Tú entenderás mejor que yo esos códigos.
                                           

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