Mi alter ego
Un día decidí que mi misión era ser mamá, y desde entonces, me he inventado desde mi matriz, me he elevado desde mis senos, y he conocido el mundo desde esa palpitación constante en mi vientre y en mi vagina… Solo una vez como a los 23 años pensé como por 3 semanas que la reproducción era un acto de egoísmo y total irresponsabilidad ya que ni el mundo necesitaba mas horribles seres humanos destrozándolo, ni esas pobres almas tenían porque desperdiciar una vida en venir como humanos a este mundo hecho mierda… No recuerdo en que momento o porque motivo culminó mi cortísimo lapsus, pero seguramente bastó con una visita de 5 minutos a algún laboratorio de mis amigos biólogos para volver a fascinarme con la reproducción viendo un huevo microscópico de alguna especie marina.
Me pregunto que diablos sería yo si no fuera esta chiflada apasionada por la reproducción, el nacimiento, la maternidad y la crianza. ¿Como sería yo si no quisiera ser mamá? Y, ¿si no tuviera matriz? ¿Quien sería yo hoy si no vivieran mi corazón y mi cerebro instalados en mis trompas de Falopio? ¿Como sería solo ser mujer, no esposa, no madre, solo mujer….?
Si mi alter ego existiera en un mundo paralelo, o si yo no quisiera ser mamá, no me preocuparían ni el dinero ni la estabilidad, sería una nómada empedernida, casada con alguna causa ecologista, y terriblemente intolerante con los que no reciclan…
Sería extranjera, no se donde, solo se que extranjera. Foránea y exótica con un chingo de amantes italianos y griegos. Supongo que “Desnuda como la tierra” sería el nombre de mi blog, donde seguramente escribiría de romance y erotismo interracial. Mareamaya, novia de todos, y esposa de nadie.
Viviría sola en un loft en alguna ciudad chiquita, con 2 perrotes peludos, miles y miles de plantas, sin coche, con bici y ganando lo necesario para mantenerme y ahorrar para viajar y comer delicioso siempre. A lo mejor tendría una cafería mexicana cerca de una universidad, trabajaría para la cultura y las artes o para alguna fundación protectora de animales… Sepa dios, lo que sí me queda claro es que usaría faldas largas casi diario.
Creo que el vegetarianismo sería lo mío, (pero a escondidas me tragaría unos pedazotes de jamón Serrano y chorizo de Pamplona). Tomaría bastantes tés y cervezas, y a lo mejor hasta me fumaría un porro los fines de semana… Como supongo que este asunto del llamado espiritual es como inevitable, estaría buscando cuál camino mágico tomar, y seguro estaría implementando como negocio alterno la Lectura del Tarot Maya (aprovechándome de la publicidad gratis que el fin del mundo les ha traído a mis casi tocayos).
Cada dos años me pondría mi sombrero y mis lentes para turistear por México con mi mamá, y tendría tatuado un cactus en la muñeca con las iniciales de mis hermanas y de mis papás en las espinas.
Si mi alter ego existiera y me encontrara con ella hoy, creo que sería un encuentro muy fuerte. Le shockearía mucho encontrarme como estoy hoy, toda confundida, triste y desesperanzada. Mi esposo me dijo que no esta listo para ser papá, por lo que decidió esperar unos meses más para intentar concebir. Como sería lógico en ella, me recomendaría que me fumara 4 toneladas de mariguana para relajarme y liberarme del madrazo. Después, me querría mandar a Turquía a un curso de danza árabe para explotar mi sensualidad, y me insistiría muchísimo en que me enrollara con algún Sufi, y no saliera jamás de su túnica y su sombrero. Por ultimo, a modo de recomendación, sugeriría que me comprara una membrecía para poder entrar a todos los Hammams de Estambul las 24 horas del día, los 365 días del año.
Honestamente hoy me moriría de ganas de seguir sus consejos, me soltaría el pelo, me gastaría todo mi dinero en un vuelo sencillo a Estambul y me perdería meses contemplando la Mezquita Azul, comprando lámparas y especias en el gran Bazaar. Podría sin dudarlo quedarme entre todas esas palomas y esos hermosos cantos a Dios en el atardecer, y desde luego compraría la membrecía esa de los Hammams, que honestamente, dudo que exista.
Pero como no me voy a ir a Turquía a internarme en baños turcos y volverme adicta al té de manzana, más bien yo le pediría a la loca desenfrenada, libre y poco convencional de mi alter ego un par de favores. Primero que me compre un chingo de faldas largas como las suyas, y segundo que me ayude a escoger una bici verde vintage con diablitos para que ella pueda subirse conmigo siempre que venga a México. Después, la invitaría a alguna cantina folklórica a comer paella y ensalada griega, tomar sangría y brindar por el sexo, por la magia y por la vida… por la vida que surge entre las rocas si tiene que surgir, por la vida que tiene sus propias reglas, su propio calendario, y nadie tiene el poder de controlarlo.
Un día decidí que mi misión era ser mamá, y se me olvido todo lo demás… Ahora toca hacer memoria….
Mi brujita consentida: después de haber tenido ayer una probadita de la magia de la que siempre me hablas me acordé de este post. Ya está la bici verde y todo lo demás es -como dices- para que no se te olvide nunca esa mujer de faldas largas que eres también tú. Brindo contigo y con ella por el sexo, por la magia, por la vida y hasta por el calendario. Ánimo. Te quiero Campanita.
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