Su primera batalla

Los miro tan frágiles, tan de papel, tan suavecitos y lúcidos.... tan felices.

Tan felices con las vidas perfectas y coloridas que les hemos construido con nuestras manos, nuestros sueños y nuestras ilusiones.

Y como les digo ahora que eso se termina? Como les digo que la vida cambia? Como cuido su niñez, como cuido su esencia? 

Mis niñitos de mandarina y limón, mis niñitos de tierra, sudorcito, lagrimitas y fútbol; la vida mis niños, la vida cambia de color. 

Cambia de color y de sabor, y ustedes están tan chiquitos para entenderlo, y yo tan chiquita para explicarlo.

Pero mis niños amados, mi venadito ojitos de cielo y mi culebrilla mirada de águila, la vida cambia... y las olas nos revuelcan, y el sol nos quema, y el aire nos despeina... y yo que más quisiera que nada los tocara, que jamas de los jamases lloraran, que nunca de los nuncas sintieran huequitos en sus panzas...

Pero la vida cambia mis niños amados, cambia y es contundente cuando cambia...

A veces la montaña se mueve y nos tumba, nos llenamos de lodo y raíces viejas... y yo quisiera que no se enteraran, que el lodo no los tocara y que nunca jamas tuvieran frío. 

Mis manos son mas chiquitas que la vida, y no puedo evitar que ella cambie, que siga su curso,que su plan perfecto suceda. 

Lo que si puedo hacer es contagiarlos de como a mi la vida me embriaga con sus cambios de color, como me fascina mirar todos los tonos de verde en los árboles, como me despierta el corazón cuando un nuevo viaje se me presenta...

Lo que si puedo hacer es tomarlos de sus manitas y lanzarnos juntos a la cascada que inevitablemente se acerca.

Puedo también cantar cada ves mejor mi canción para que entonces así aprendan a cantar la suya. 

Puedo hablarles de la tierra y sus vueltas, y sus olores y sabores, y así entonces volverlos curiosos y seguros de que aunque todo cambie, la tierra siempre nos cobija.

Lo que no cambia es mi amor desbordante desde mi utero, mi corazón y mi alma por ustedes, mis cachorros.... lo que solo crece es la esfera enorme que hemos creado para protegerlos desde antes de que vinieran... lo que no se mueve es la grandeza de sus almas. 

Todos los caminos los caminaremos juntos, todos los sabores los probaremos juntos, todos los colores los pintaremos juntos. Eso no cambia. 

La vida cambia mis amores, y en cada cambio también llegan nuevos vientos, nuevas canciones, nuevas semillas... y entonces la vida nos vuelve a regalar la posibilidad de empaparnos, de pintarnos multicolores, de enamorarnos, y de volver ver a la tierra parir.

Mis niños amados, mis pequeños guerreros arcoíris. bienvenidos a su primera gran batalla. Viva, vivísima la vida! 



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